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Greenpeace es una ONG con fines ecológicos fundada en 1971 en Vancouver, Canadá, en protesta ante la práctica nuclear estadounidense en el archipiélago de Amchitka (Alaska). Desde entonces, se ha establecido en más de 40 países, entre ellos España, que cuenta con una oficina en Madrid y otra en Barcelona. Mª José Caballero de la Vega, Coordinadora de Campañas de Greenpeace, nos recibe en la sede de Madrid.

¿Cuál es el impacto del cambio climático en nuestro planeta? ¿Se pueden ver ya sus consecuencias?
Sí, ya tenemos aquí las consecuencias, aunque lo más duro está por llegar. Vemos que se quema Rusia y se inunda Paquistán. En nuestro país, el año pasado hicimos un estudio de cómo está afectando a la alimentación, desde la pesca y la agricultura, con los datos que están recogiendo las universidades. Al aumentar la temperatura, ciertos cultivos se desplazan hacia el norte. La industria del vino lo está notando por ejemplo en La Rioja, que siempre ha sido una zona óptima, y que ahora sufre temperaturas más altas; la uva se desplaza a zonas que antes eran más frías, pero claro, las industrias están ya establecidas en La Rioja. Igualmente hay problemas con el olivo. En el sector del turismo, demasiado calor no es bueno, y las enormes tormentas echan a los turistas. El turismo de montaña en Pirineos desciende porque ya no queda nieve en los glaciares.

¿El ciudadano es consciente de estas consecuencias o las ve muy lejanas aún?
Hemos avanzado mucho, pero la consciencia no es tan grande como para modificar los hábitos urgentes que tenemos que cambiar. Si llegamos a subir 2 ºC la temperatura media, los científicos hablan de un cambio climático catastrófico e inmanejable. Como vamos ahora mismo, vamos a por los 6 ºC de aumento de temperatura.

¿Por qué para frenar el cambio climático no se despliegan campañas tan potentes como para un mundial de fútbol, con anuncios en TV, radio, prensa, en los informativos…?
Porque no les interesa cambiar su negocio a los grandes lobbies industriales y a las multinacionales de producción de energía, solo piensan en el beneficio a corto plazo y tienen mucho poder sobre los gobiernos y los medios de comunicación. Las ONGS tenemos nuestras campañas y creemos que se ha avanzando, pero el gobierno no colabora con nosotros, deja que cuatro multinacionales dicten lo que se tiene que hacer y estamos perdiendo un tiempo preciosísimo para actuar antes de que sea tarde.

Si se tomaran las medidas adecuadas, ¿es aún reversible la situación actual del planeta, o ya no nos queda más remedio que asumir un mundo contaminado, recalentado y deforestado?
Pues no vamos bien. Hay personas muy sabias que tienen esperanza, una de mis grandes ídolos es Jane Goodall, cree que es posible revertir la situación del planeta y recuperar mucho, la naturaleza es tremendamente generosa a pesar del maltrato y palizas que le damos a diario. De las grandes selvas y bosques solo queda el 10%, nunca llegaremos a recuperar el 100%, pero, si nos lo proponemos ahora, sí podemos llegar a que la Tierra tenga una salud que repercuta positivamente en nuestra calidad de vida. Ahora no es así, si miras los datos de cuanta gente en España tiene alergia por la contaminación atmosférica o por las sustancias químicas que hay en el agua, los datos son escalofriantes. Lo que le hacemos al planeta se los hacemos a nuestra salud. Todavía hay tiempo pero hay que darse prisa, estamos llegando a un punto que cada día que no se avanza en soluciones positivas es mucho más difícil revertir la situación.

¿Por qué modelo energético apuesta Greenpeace para sostener una sociedad con una gran demanda de consumo de energía como la nuestra?

Greenpeace apuesta por la energía cien por cien renovable. Ahora dependemos del gas, del carbón, combustibles fósiles, hay que descartarlos igual que la energía nuclear por el peligro que conlleva y la herencia de miles de años para las futuras generaciones. Hablamos de cambiar por energía solar, eólica y los científicos deben decir dónde y cómo se coloca. Para nosotros la contaminación paisajista de la eólica es anecdótica comparada con lo que le hacemos al planeta en forma de inundaciones, tifones, sequías… No podemos decir "como todo es malo, elijo cualquier cosa", esa ha sido una propaganda muy bien hecha por los grandes lobbies empresariales y los ciudadanos no nos podemos dejar engañar.

Entonces, ¿nuestro sistema actual se puede realmente sostener sólo con energías renovables?
Greepeace ha demostrado en colaboración con la Universidad de Cantabria y más expertos, que España puede ser 100% renovable en 2050. Esto además produciría una cantidad de empleo tremenda. Un estudio global lo estima en 8 millones de empleos, y en España hablaríamos de 200.000 puestos de trabajos directos y casi la misma cantidad de indirectos. Para que funcionen las energías renovables hay que poner en marcha la eficiencia energética. Nos han enseñado a ser derrochadores natos de recursos creyendo que son infinitos, y es imprescindible pensar cómo y en qué gastamos la energía.

¿Por qué España no cumple con su compromiso con Kyoto? ¿Radica el problema en los ciudadanos o en el gobierno?
Lo que pasa es alarmante. Somos el farolillo rojo de la UE. Los acuerdos de Kyoto en los años 90 fueron generosísimos con algunos países, como España; nos dejaron emitir un 15% más, ¿y qué hacemos nosotros?, emitir un 45% más. Somos, junto con Irlanda y Portugal, los únicos países que nos sobrepasamos en un 20% el límite permitido. Somos desastrosos porque las administraciones, que son las que tienen que implantar las políticas, educarnos e informarnos de lo que ocurre si derrochamos, no han hecho nada. Los únicos esfuerzos que se hicieron fueron en la primera legislatura del gobierno de Zapatero y actualmente la postura de España no es de las peores pero ni somos campeones en la lucha contra el cambio climático ni podemos presumir de lo que estemos intentando.

¿Como podemos presionar a nuestros políticos y a las grandes multinacionales para que cambien su actitud en materia de medio ambiente?
Desde Greenpeace se apuesta por la fuerza que tenemos los ciudadanos. Somos nosotros los que elegimos la compañía a la que le pagamos la electricidad, en qué medio de transporte queremos viajar, a qué empresa le compramos el coche, la moto o la bici, qué queremos comer y si nos queremos contaminar o no con determinadas substancias químicas presentes en la ropa o en gel de ducha, etc. Tenemos una fuerza tremenda pero no nos movemos, sólo 1 de cada 10 ciudadanos en España dice estar preocupado y sólo uno de cada 8 está dispuesto a moverse con Greenpeace o con cualquier otra ONG. En nuestro caso, somos 3.000.000 de socios en el mundo, y unos 105.000 en España; somos muy pocos comparado con la población de la tierra, y da igual con qué organización estés, hay que defender nuestro derecho a un medioambiente sano.

¿Los famosos tienen una mayor responsabilidad a la hora de transmitir valores respetuosos con nuestro entorno?
No sé si los famosos, o más bien los líderes, que son los que dan ejemplo. Indudablemente, que alguien como DiCaprio esté apoyando un determinado modo de vida relacionado con el respeto al medio ambiente, llega más que lo haga yo o una persona de a pie. Y se ve que hay una mayor implicación, es de agradecer porque nos ayudan a difundir campañas que los ecologistas creemos que son vitales y que a veces no conseguimos hacer llegar bien.

¿Crees que gozan las ONGS de buena salud?, ¿el ciudadano confía en ellas?
Desde Greenpeace creemos que sí, que las ONGS somos una fuente muy saludable de información y que la gente en la calle confía en nosotros. Una gran parte de nuestro trabajo está enfocado a que eso siga siendo así. Nos preocupamos hasta la saciedad de demostrar cada dato que damos, cada frase que decimos para combatir a los negacionistas del cambio climático, para que no puedan argumentar que no sabemos de lo que hablamos.

¿Con qué ingresos se financia Greenpeace? ¿Tiene subvenciones de los gobiernos?
La única fuente de ingresos que tenemos es a través de socios y donantes particulares. La independencia económica y política, junto con la credibilidad, son unas de nuestras grandes señas de identidad.

¿Mantienen una postura dialogante con los diferentes gobiernos o es más bien radical, de denuncia?
Otra de nuestras señas de identidad es la denuncia, además con medios y formas lo más llamativas posibles, con la idea llegar al mayor número de ciudadanos y responsables. Estamos abiertos a negociar con cualquier gobierno, cualquier formación política, siempre dentro de unos valores alineados con el respeto al medio ambiente, los derechos humanos y la paz. Una parte importante dentro de nuestro trabajo es lo que se llama el lobby político, cómo tratamos de incorporar nuestras demandas a las leyes que se hacen tanto en China, como en Dinamarca, como en España, y tratamos de mantener un dialogo que no siempre es fluido con los gobiernos.

¿Cómo está afectando la crisis al cambio climático?
A nivel de lo más importante, reducir las emisiones de CO2, la crisis nos está viniendo bien. Si se compara el CO2 que se está produciendo ahora con respecto de 2009, que ya eran datos buenos con respecto a 2008, este año vamos bien, porque se produce menos, se gasta menos, se viaja menos, se contamina menos. Eso es bueno, debería mantenerse. Pero esta reducción no se respalda por los gobiernos con las medidas anticrisis que intentan tomar. No tenemos más que ver lo que está haciendo nuestro ministerio de industria: el ministro Sebastián es una de las grandes lacras para luchar contra el cambio climático. Todo lo que intentan hacer desde Medio Ambiente, lo anulan desde Industria.

¿Qué recomendarías al ciudadano de a pie para contribuir a frenar el cambio climático?
Podemos hacer muchas cosas. Lo primero, si trabajamos, qué medio de transporte utilizamos, si el coche, tren, bicicleta, andando. Es ir dando pequeños pasitos, decir: "hoy puedo gastar menos agua, preguntar al pescadero, al carnicero de dónde viene el producto, y no lo voy a consumir si viene de tres países más lejos porque significa que tiene una huella ecológica mayor". En los productos de higiene mirar las etiquetas, si por ejemplo el desodorante lleva aluminio que produce cáncer, o si los detergentes y suavizantes dañan el agua a dónde van a parar. Revisar cuantas bombillas tengo en casa, si realmente necesito el aire acondicionado o la calefacción tan alta. Qué hago con la basura. Somos nosotros quienes movemos el mundo y quienes lo cambiamos.

¿La basura se recicla realmente en los vertederos? Es una pregunta que nos hacemos todos...
Desgraciadamente, nos llegan datos de que no se está reciclando bien en todos los municipios. A veces sólo se recicla el 40 o el 60 por cien de todo el papel o vidrio que nosotros nos molestamos en echar en su contenedor. Recomendamos a los ciudadanos que pregunten en su municipio si se está reciclando y cómo. Lo que intentamos hace ver en los municipios es que reciclar bien da puestos de trabajo y riqueza al municipio, que es más barato sacar materias primas de la basura que volverlas a producir cuando son difíciles de encontrar en la naturaleza.

¿Qué campañas tiene Greenpeace como más urgentes?
La gran campaña es la de cambio climático. El segundo gran proyecto, frenar la pérdida de biodiversidad en bosques y océanos. Sólo queda el 10% de bosques y selvas, tenemos grandes campañas en la Amazonía, Indonesia y las selvas de África. En los océanos nos centramos en cómo tratamos al mar, que es un gran basurero, intentando frenar su contaminación. El 75% de la contaminación viene de la tierra. Se han encontrado islas de plásticos, una en el Pacífico con 2 veces el tamaño de España, otra en el Atlántico, en la zona del Triángulo de las Bermudas. Tenemos campañas acerca de la sobrepesca, porque nos estamos cargando las especies marinas, como el atún rojo que está al borde del colapso y es que el gobierno debería ayudar a las cofradías de pescadores y no a los grandes armadores; son los pescadores de bajura los que se dejan la piel para ser sostenibles y para proteger las reservas marinas. Finalmente, otra parte se dedica a luchar por la paz en contra de los conflictos armados. En España estamos centrados en sacar una ley de comercio de armas transparente.