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Entrevista a María Ruiz

María Ruiz es psicóloga. Su compromiso social es patente conociendo su grado de implicación en muchos proyectos de ayuda humanitaria. Al inicio de 2016, escandalizada por la actitud de nuestros gobiernos ante la crisis humanitaria de los refugiados sirios, decidió que era el momento de acudir a Idomeni. Junto con su hermana, se compró un billete de avión y viajó para allá, donde estuvo del 4 al 20 de abril. En esta entrevista nos desvela cuál fue su experiencia en este improvisado campo de refugiados. Entrevista por Montse de la Cal
María Ruiz
[...] No había una gran logística. Los voluntarios se encargaban de hacer la compra, cocinar, gente de Grecia cedía sus espacios y varios restaurantes cedían las cocinas para preparar la comida, y los voluntarios lo organizaban todo, el reparto, la gasolina, todo [...]
¿Habías tenido experiencia humanitaria antes? Desde pequeñitas nuestros padres han acogido a niñas saharauis, así que hemos tenido mucha relación con el pueblo saharaui, de hecho seguimos teniendo contacto con ellas y hemos viajado al Sáhara a verlas. También he sido voluntaria de ACCEM en Sigüenza y he estado en Calcuta de voluntariado muchos meses. ¿Cómo fue tu llegada a Idomeni? Según llegamos vimos miles y miles de niños muy alegres que te saludaban, se acercaban diciéndote "my friend, my friend". Pero tras esa primera impresión, y según iban pasando las horas, esa alegría se convertía en desesperación y en tristeza, en personas que necesitaban cosas y ni siquiera entendíamos su idioma. ¿Dónde vivíais y cómo empezáis a participar en el improvisado campamento de refugiados de Idomeni? Según llegamos al pueblo cercano a Idomeni ya teníamos contactadas las personas con las que íbamos a compartir casa y coche para ir todos los días al campo de refugiados, que era un trayecto de unos cuarenta y cinco minutos. Mis compañeras –éramos todas chicas excepto un chico que estuvo 4 días– habían empezado a colaborar tres días antes en un baby-hammam que había organizado una pareja de catalanes de forma independiente para bañar a niños. Así que nosotras llegamos directamente a colaborar en este pequeño proyecto que estaba arrancando. ¿En qué consistía el proyecto del baby-hammam? Suponía todas las mañanas ir al almacén a recoger ropa. Este almacén está en Policastro, la ciudad más grande cerca de Idomeni, a cuarenta minutos en coche. Íbamos al almacén, cogíamos la ropa según las tallas y la clasificábamos. Preparábamos el hammam y packs de higiene para repartir en el campamento de 15.000 habitantes. Lógicamente no llegaban a todas las familias. Una vez terminadas las horas de baño, que empezábamos a las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde, repartíamos estos packs en los que incluíamos pañales, compresas, cuchillas, gel para lavar la ropa, pasta de dientes, cepillo, gorras, protección solar… ¿De dónde salían los alimentos, los pañales y todo lo que metíais en los pack de higiene? Todo el tema de ropa y cosas materiales salían de un montón de ONGs, gente de manera individual, grupos particulares. Llegaban camiones a los almacenes en la zona, los descargaban, y había grupos de voluntarios independientes que se encargaban de organizarlo. En el tema de la comida estaba Médicos Sin Fronteras, que era la única ONG grande, reconocible, que funcionaba allí. Repartía comidas todos los días, con sus más y sus menos, pero bueno, repartía comidas. Y luego había ONGs independientes que repartían miles de comidas a diario. Voluntarios que se habían unido para cocinar. Había un grupo de holandeses que habían creado una ONG pequeñita: "Hot Food". Alquilaron una masía donde cincuenta personas cocinaban a diario para luego repartir con un camión miles de comidas.
María Ruiz
[...] Según llegamos vimos miles y miles de niños muy alegres que te saludaban, se acercaban diciéndote "my friend, my friend". Pero tras esa primera impresión, y según iban pasando las horas, esa alegría se convertía en desesperación y en tristeza [...]
¿Quién llevaba la logística de organización de todo el campamento? No había una gran logística. Los voluntarios se encargaban de hacer la compra, cocinar, gente de Grecia cedía sus espacios y varios restaurantes cedían las cocinas para preparar la comida, y los voluntarios lo organizaban todo, el reparto, la gasolina, todo. Y no habiendo una logística general, ¿no había caos? Sorprendentemente no había un caos tan grande como el que yo me podía esperar sin haber detrás una organización grande. Pero los grupos de gente que iban llegando se organizaban tan bien por zonas que no había caos. Todos los días a las ocho de la mañana y ocho de la tarde había reuniones en el Parkhotel, un hotel a medio camino entre la ciudad más grande e idomeni, y todos los voluntarios que quisieran ir, y organizaciones pequeñitas, se juntaban para ponerse de acuerdo en donde hacían falta y donde no. Ahí es donde había un poco de organización y de poder compartir. ¿Cuáles eran las organizaciones gubernamentales que convivían en Idomeni? La organización gubernamental era Acnur. Mi indignación con Acnur ha sido colosal, porque llevaba siendo socia muchos años. Con el tema de los refugiados saharauis ya tenía un poco de duda por lo que me han ido contando mis hermanas saharauis, que hablan perfecto español, del trabajo que están haciendo allí, que es casi nulo. Y en Idomeni un poco igual, lo único que hicieron fue poner carpas. El baby hammam nació de una carpa de Acnur que estaba abandonada, nosotros la llamábamos la carpa de publicidad de Acnur porque no había nadie. Básicamente, lo que vimos que hacían era convencer a las familias para que montasen en autobuses y llevarles a campos militarizados. Las familias no querían, claro. ¿Por qué se comportaba de ese modo Acnur? Se supone que al tener fondos de los gobiernos no podían estar en Idomeni; estaban a medio camino. Nos decían algunos que no podían ser independientes a la hora de trabajar. Y es lo que desde aquí nos han dicho cuando nos hemos dado de baja muchos voluntarios. Pero luego para captar fondos sí que utilizan una imagen que no es real con el trabajo que están haciendo, y lo hemos visto. Esto sí que lo hemos denunciado muchos voluntarios independientes. ¿Qué ONGs o movimientos ciudadanos te impresionaron por lo bien que funcionaban? Bomberos en Acción. No les conocía y el trabajo que hacen es brutal. Bomberos que iban de toda España, de forma voluntaria, juntando sus días libres, se iban organizando para ir como mínimo dos voluntarios cada 15 días. Tenían una carpa de asistencia médica. Hicieron una campaña de recogida de dinero para comprar madera y repartían toneladas de madera cada día, han hecho una labor muy buena. Quiero mencionar a Médicos Sin Fronteras porque nos enfadamos mucho con ellos. A raíz de que se firmó el tratado UE-Turquía Médicos Sin Fronteras se retiró del terreno a nivel de sanitario, porque también les presionaron mucho. Pero después del último asalto a la valla volvieron a instalarse con asistencia médica. Nos dijeron que no quieren ningún tipo de fondo gubernamental para poder ser independientes. Los voluntarios, ¿de qué nacionalidades erais? Justo ayer leí que habían hecho una estadística y el 70% de los voluntarios que había en toda Grecia, no solo en Idomeni, eran españoles. En Idomeni había muchísimos españoles, también holandeses y alemanes.
María Ruiz
[...] A Bomberos en Acción les expulsaron por la fuerza y no les dejaron ni recoger la medicación, de hecho pasó un tractor y destruyó su carpa [...]
¿Y cuáles eran las nacionalidades de los refugiados? Una gran mayoría sirios. También había iraquíes, afganos, pakistaníes… ¿Cómo era la relación entre los voluntarios y los refugiados? Era de persona a persona. Nos agradecían todo el rato el que estuviésemos ahí. No era algo caritativo, sino que estábamos para escuchar, para hablar. Ellos nos daban también, nos invitaban a te, lo poco que tenían de comer lo compartían. Nos ayudaban en las labores, formaban parte de los trabajos de los voluntariados. Leemos que de las casi 15.000 personas que había en el campamento en invierno quedan unas 8.000. ¿Cómo está ahora Idomeni? Desde el desmantelamiento de Idomeni hace tres semanas se fue un montón de gente; bueno, les hicieron irse. A los primeros que echaron fue a todos los voluntarios y ONGs. Quiero decir que a la carpa de Bomberos en Acción les expulsaron por la fuerza y no les dejaron ni recoger la medicación, de hecho pasó un tractor y la destruyó. Luego cogieron a todas las personas en autobús y se las llevaron a campos militares, donde no cabían todos. Muchos refugiados quedaron fuera y los amenazaban diciéndoles que si no estaban en un sitio controlado les iban a expulsar del país. O sea, que quedaron abandonados durante días, sin poder comer, sin tener donde dormir, sin nada de nada, fue un desastre. ¿Seguís en contacto con algún refugiado? Sí, mantenemos contacto vía Facebook y Whatsapp con refugiados que siguen viviendo en Idomeni, con refugiados que han llegado a Alemania, algunos que han llegado a Suiza, algunos que están en Turquía, otros que han vuelto a Siria especialmente y algunos que han llegado a España. ¿Os comunicáis con personas que han vuelto a Siria? Esta semana he estado hablando con uno de los niños que venía al baby hammam todos los días a traernos el té de una carpa solidaria que se llamaba "solidaritea". Jalep se llama, tiene 11 años y esta semana por Whatsapp me contaba que han vuelto a Siria. Sé que esta familia y otra, la familia de Mussa y Domó, otra de las familias que venían al hammam, volvieron a Siria porque ya no toleraban la situación que estaban sufriendo en Idomeni. Eligieron ellos irse y por lo menos están viviendo en una casa con su familia. Eran de Alepo; a Alepo no han podido volver, lógicamente. Me ha mandado alguna foto Jalep y por los audios que me manda le noto muy contento, más contento de lo que estaba los últimos días en Grecia. ¿Sabes algo de Turquía con respecto a los refugiados? Lo que están viviendo los refugiados allí es horrible. Hay grupos de voluntarios independientes que estamos intentando denunciarlo con la información que nos llega de niños trabajando con 11 años para poder sacar adelante la familia, de los campos de refugiados en los que hay maltratos de todo tipo, abusos sexuales, da igual la edad, sexo y condición. En la carpa de Bomberos en Acción había un voluntario sirio que había estudiado filología hispánica, y venía de haber estado dos años viviendo en Turquía, y nos decía que después de dos meses en Idomeni estaba en la gloria comparado con los dos años de refugiado en Turquía. El cierre de fronteras de Europa, ¿qué puede acarrear para las personas que vienen pidiendo asilo? En los refugiados lo que está generando es rechazo hacia Europa y hasta incluso odio. Yo misma he sentido ese odio hacia Europa y hacia mi propio país. Y eso que me siento orgullosa de la cantidad de voluntarios españoles que había allí. Una de las cosas que a mí más me impactó fue que son personas que vivían como yo, que me enseñaban su Whatsapp, su Facebook, que son de nivel clase alta, a nivel cultural, económico, y saben perfectamente las leyes, los derechos humanos, las leyes de asilo… Llegan a Europa con la esperanza de ser acogidos, de poder empezar una vida nueva, porque vienen de una guerra que no lo han elegido, y encuentran tal rechazo y tal abandono, que yo entiendo que se genere odio e incomprensión. Los ciudadanos de a pie, ¿qué podemos hacer? Lo primero que tenemos que hacer es exigir un sistema político y unos gobernantes que no permitan este tipo de injusticias. Otra de las cosas que podemos hacer es implicarnos. Muchas veces creemos que hacer un poquito no significa nada, pero muchos poquitos hacen mucho, cosas muy grandes, y en Idomeni lo hemos visto. Está claro que la responsabilidad última no es de voluntarios independientes, pero si los gobiernos no se hacen cargo, porque nosotros como ciudadanos tampoco nos hemos hecho cargo de exigir que esos políticos cambien… O si el sistema político que tenemos no funciona, pues por lo menos es importante la implicación social a través de redes sociales de denuncia, de manifestaciones. Se pueden hacer muchas cosas. Por ejemplo, recogida de firmas; las firmas funcionan.
María Ruiz
[...] Mi indignación con Acnur ha sido colosal, porque llevaba siendo socia muchos años. Y en Idomeni, lo único que hicieron fue poner carpas. El baby hammam nació de una carpa de Acnur que estaba abandonada, nosotros la llamábamos la carpa de publicidad de Acnur [...]