Los ancianos no son productivos. No trabajan, suponen una carga económica para las familias y para la sociedad y a menudo son insoportables. Por eso es lógico que se les aparte en residencias que carecen de todo control por parte de la Administración; es lógico maltratarlos; es lógico olvidarlos; es lógico ignorarlos y aparcarlos hasta que les llegue la muerte. De no ser así, ¿qué otra explicación habría para la realidad que viven nuestros abuelos?