FESCIGU

¿Por qué has hecho este cortometraje? ¿Qué querías contar con él? Lo hice por la necesidad de contar una historia que me movía y que por lo tanto quería ver fuera de mí. Mi intención al escribirlo no era contar algo concreto sino más bien plantear una situación incómoda en la que dos personajes desconocidos se encuentran en una habitación y que por obligación tienen que lidiar con ellos mismos y con el otro. Se trata de un juego de espejos. Es decir, al final acaba uno persiguiéndose a sí mismo en el otro.   En una situación tan complicada como la actual, ¿cómo has conseguido financiar la producción de tu corto? A los dieciséis años empecé a trabajar en una productora, ahorré  dinero, y de esa manera pude financiar el cortometraje. ¿Hay alguna anécdota del corto que quieras destacar? El día antes del rodaje nos quedamos sin cámara. Pensé que no se podría hacer… pero finalmente todo se solucionó.  ¿Cómo te tomaste la noticia de que tu corto estuviera seleccionado para participar en esta sección? Me emocionó. Estoy muy contenta de poder participar en este festival. Hay quien piensa que la cultura es un lujo en tiempos de crisis, ¿qué opinas? Que la cultura es un bien social y es necesaria… con crisis o sin crisis. Este año el FESCIGU tiene como eje central a Internet. ¿Crees que la Red de Redes es una herramienta útil para la humanidad, o crees que sus peligros son mayores que sus beneficios? Creo que la red de redes nos abre una nueva cosmovisión del mundo. Cambia totalmente la manera que tenemos de comunicarnos. Y eso siempre es bueno pero por otro lado, paradójicamente, cada vez nos comunicamos menos. Es decir, estamos creando un nuevo mundo que está separado de este y que a la vez no se encuentra en ninguna parte. Opino que aún no somos conscientes de toda la información que Internet tiene de nosotros y a dónde va a parar. ¿Crees que desde el cine se puede hacer algo que contribuya a mejorar nuestro mundo? Por supuesto. El cine, al igual que todas las artes, tiene la capacidad de plantear una situación para que los espectadores puedan reinterpretarla. Cambia el mundo de una manera gradual, llevando al público a la reflexión. En realidad, somos nosotros los que cambiamos el mundo. El cine sólo es la palanca que nos hace despertar cosas que ya teníamos dentro.